lunes, 29 de diciembre de 2008

Feliz año 2009


Se aproxima el fin de año, y me ha resultado difícil escribir más de mis momentos emocionantes, y a veces amargos, que he vivido en la nota roja escribiendo para Prensa Libre. Pero a quienes les gusta mi blog, quiero desearles un buen inicio de año 2,009. Tengo en el tintero- me salió bonito, verdad?- otra de mis historias, pero creo que para cuando la tenga lista estaremos en el 2,009. Así que decidí mejor escribir algo para no perderme de vista y despedir este año que me dejó momentos muy bonitos. Adiós 2,008.
En este mes no tengo en mente que haya tenido que pasar alguna aventura. Lo que si recuerdo que el seis de enero del 2,000 fueron trasladados hacia su país 172 chinos indocumentados, en un boeing que voló desde Malaysia a Guatemala. Desde las 10:00 de la mañana de ese día, empleados de Aeronáutica Civil nos dijeron que tenían ordenes de no dejar entrar a nadie.
Momentos después ingresaron buses de la Policía Nacional Civil con los asiáticos, y agentes de las Fuerzas Especiales Policiales se colocaron en la entrada para vedar el paso a los reporteros que cubríamos la noticia. Deseosos de acercarnos para obtener fotografías e información del traslado, tuvimos que enfrentarnos con el grupo de agentes, quienes intentaron usar sus batones y quisieron botar a los fotógrafos para impedir que se hicieran las tomas. En algunos casos tuvieron que reprimirse, pues sabían que atacarían, sin razón, a los reporteros. Pero sacamos coraje para forcejear con ellos. Hubo empellones y empujones, pero rompimos el cerco policíaco y nos acercamos. Fue así como Antonio Jiménez, el fotógrafo que me acompañaba en la nota roja, hizo la fotografía de un chino que logró sacar las manos por la ventanilla del avión y nos mostró que estaba engrilletado. Después obligaron al extranjero a meter el cuerpo, cerraron la ventanilla y el avión empezó a movilizarse hacia la pista. Esa era la parte que las autoridades querían ocultar.
Los agentes de las FEP quisieron habernos golpeado y accionados su vocachas con gas lacrimógeno, el oficial al mando no se atrevió.
Saludos. Feliz Año.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Gracias







No es egocentrismo. En esta ocasión decidí escribir sobre este galardón para agradecer a Dios y a todas aquellas personas que me han felicitado por obtenerlo. Pero también no puedo dejar de lado en dar las gracias a mis colegas, amigos y compañeros con los que he compartido experiencias difíciles, amargas, a veces llenas de adrenalina, y que, cuando se es agradecido, no pueden dejarse de lado.
El galardón a la Trayectoria que me hizo Prensa Libre me llena de orgullo y es un verdadero honor. Por eso no puedo dejar de dedicárselo a mis hijos. También, aunque esté en algún lugar con Dios, a mi papá, quien siempre soñó con estar vivo para compartir un premio como este. A mi mamá y mis hermanos. También va para mis recordados amigos, que murieron en el cumplimiento de su deber, como lo son Roberto Martínez Castañeda, alias el Macho, muerto el 27 de abril de 2002 durante los violentos disturbios por el alza al pasaje urbano, y que me acompañó durante dos años y medio como fotógrafo en la nota roja. Como olvidar a Héctor Ramírez, alias el X, a quien recuerdo con mucho cariño, pues parece que fue ayer cuando a las 6:50 de la mañana nos hablábamos para analizar como se visualizaba la mañana y si había alguna información vertida por los socorristas o la Policía. La mañana que perdió la vida en al llamado Jueves Negro, el 24 de julio de 2003, me dijo lo que todo reportero de nota roja dice: “Hoy parece que se va a poner bueno, vamos a tener acción”. Sin saber que ese día se convertiría en víctima de un grupo de delincuentes.
Mencionar nombres es discriminar a los que viven y sienten el periodismo con pasión. Quizá algunos no aparezcan en estas fotografías, pero saben que los momentos vividos nadie nos los quita. Saludos a todos.